Llegó el tren. ¿Qué falta para que los bogotanos viajen en metro?
- Rafael Méndez
- 10 nov
- 5 Min. de lectura
Fuente de información: https://www.elespectador.com/bogota/cronograma-del-metro-de-bogota-fecha-de-prueba-el-primer-viaje-y-cuando-estara-listo/

Antecedentes
El proyecto de diseño y construcción del metro para la ciudad de Bogotá, es un ejemplo
de un macro-proyecto tanto por su nivel de complejidad técnica como por la magnitud
de la inversión requerida hasta su puesta en operación, así como por la cantidad de
actores que participan en cada etapa del mismo. Es un proyecto que por su naturaleza
requirió de estudios básicos, pre-factibilidad, factibilidad e ingeniería de detalle antes
de seleccionar contratar el ejecutor de las obras civiles y proveedor de tecnología. En la
actualidad en la etapa de ejecución trabajan alrededor de 14.000 personas en 300
frentes de trabajo y una programación de actividades las 24 horas del día.
Después de 80 años desde que se planteó la idea de construir un metro para atender
problemas de movilidad, para el primer trimestre de 2028 se tiene previsto iniciar su
operación en una primera línea de 24 kilómetros con 16 estaciones y un viaducto de 14
metros de altura. Se espera que al finalizar 2025 se contará con un avance general del
70% y el 30% restante se proyecta ejecutar en 30 meses. Uno de los hitos que se
cumplió recientemente fue la llegada del primer tren vía marítima, luego de recorrer
casi 20.000 kilómetros desde la planta de fabricación en la ciudad de Chanchun en
China mas otros 1.145 kilómetros por tierra desde la Cartagena hasta Bogotá. Los 29
trenes restantes de esa primera línea llegarán en entregas mensuales y serán sometidos
a prueba para evaluar su desempeño hasta acumular 2.500 kilómetros
complementarios a las pruebas en China y así obtener la certificación de que son aptos
y seguros para el transporte de hasta 1.800 pasajeros a una velocidad de 80 kilómetros
por hora.
El proyecto en lo que falta prevé dos grandes momentos. El primero de 24 meses para
terminar la construcción y 6 meses para la puesta a prueba del sistema. En ese proceso
se revisarán los sistemas de comunicaciones, cada componente electrónico, la parte
eléctrica de los vehículos y se verificará la recepción de la energía de Bogotá, puesto
que las pruebas iniciales se hicieron en China.
En mayo de 2026 debe haber por lo menos 10 trenes en las cocheras y el sistema
eléctrico del patio listo y también deben estar los primeros 5.760 metros del viaducto
con el ramal técnico de salida del taller y 4 estaciones con equipos instalados. Mientras
se continúa con avances en la cimentación e instalación de columnas y capiteles, otros
frentes trabajan en dos centros de control que van a representar el cerebro para el
control de los trenes automáticos.
La cuidadosa programación de actividades complementarias por realizar tiene que ver
con el traslado de redes de acueducto, la construcción de estaciones, la gestión de
permisos legales para continuar con obras de construcción, las estaciones de
alimentación de Transmilenio y según el cronograma, para la primera línea en el mes de
septiembre de 2027 se deben iniciar las pruebas de puesta en marcha (prueba blanca)
para iniciar operaciones en marzo de 2028.
Como riesgos que se pueden prevér y mitigar de forma paralela a los trabajos de
campo, según la gerencia del proyecto se han identificado los relacionados con: relación
con la comunidad, fuentes de financiación y tasa de cambio, interfases y la integración
de las obras civiles con los trenes y equipos que llegarán de China, planes de manejo del
tránsito y estudios de detalle complementarios.
Análisis
No hay duda que este es uno de los macro-proyectos más complejos que se realiza en el
país. Experiencias en otros sectores de macro-proyectos se han tenido por ejemplo con
la construcción de la refinería de Cartagena, proyectos hidroeléctricos como
Hidroituango, Betania, El Quimbo, el proyecto del Túnel de la Línea entre otros, que
aunque son macro-proyectos que no se hacen todos los días por su complejidad
técnica y magnitud de inversión, requieren de diferentes niveles de estudio,
conocimiento específico en el área del proyecto, voluntad política y asignación de
recursos financieros por parte del Estado para su ejecución.
En el caso del macro-proyecto del metro de Bogotá, es evidente el alto costo que ha
tenido para la sociedad en términos sociales y económicos y para la economía en su
conjunto, el aplazamiento durante décadas en el compromiso y toma de decisiones
relacionadas con la realización de un proyecto de alto impacto; no obstante, en lo que
va corrido en la etapa de ejecución, hay lecciones útiles de este proyecto para otras
obras de gran magnitud en la geografía nacional.
Una primera lección es la relacionada con la importancia de seleccionar un ejecutor del
proyecto con experiencia en el tipo específico de la obra. Aunque poco estamos
acostumbrados como sociedad a obras cuya etapa de ejecución tenga una duración de
más de dos años, hay que reconocer que en este caso la empresa China seleccionada,
está demostrando capacidad para ejecutar un proyecto de altísima complejidad. De
igual manera, es necesario resaltar, la importancia de una excelente formación en
Gerencia de Proyectos para quien pilotea un proyecto con más de 14.000 empleados y
más de 300 frentes de trabajo.
Otra lección es que la programación, ejecución y seguimiento en la ejecución de los
diferentes frentes de trabajo, es una labor fundamental para el éxito del proyecto en
esta etapa, puesto que exige la debida coordinación y el cumplimento de requisitos de
calidad en los productos de los diferentes frentes. Aunque los bogotanos ya tienen
fatiga por lo que ha significado los problemas de movilidad asociados a los diferentes
proyectos viales que no se realizaron en su momento, no deja de llamar la atención
como se avanza de manera controlada en un proyecto de alta complejidad como la
construcción del metro, pero en otros proyectos de menor complejidad también
relacionados con movilidad, se siguen presentando dilaciones injustificadas, muy
probablemente por motivos relacionados con una deficiente planeación, selección
inadecuada del ejecutor, presupuestos no confiables que terminan en sobrecostos,
pobre gestión de permisos ambientales entre otras.
Una tercera lección es que las decisiones que se van aplazando por intereses
particulares, sin tener en cuenta las necesidades de los ciudadanos, terminan en
sobrecostos y afectando la economía en su conjunto. De ahí la importancia de escoger
gobernantes con visión de desarrollo local, regional y de país, con capacidad de gestión
para llevar a cabo proyectos de alto impacto y comprometidos con el fortalecimiento
del tejido social, superando las rencillas que generan polarización y atraso en obras
prioritarias.
Recomendaciones
Desde el punto de vista académico, vale la pena examinar hacer un ejercicio que
permita conocer con detalle, el proceso de desarrollo del proyecto en su etapa de
ejecución y el nivel de complejidad de las obras de infraestructura y de orden técnico y
tecnológico especialmente desde la perspectiva de gerencia de proyectos.
Una vez se culmine la etapa de ejecución y cuando se lleven dos o tres años de
operación, es conveniente elaborar una evaluación ex – post que permita extraer
lecciones de aprendizaje tanto de aciertos como de errores cometidos en cada una de
las etapas del proyecto, es decir, la pre-inversión, la ejecución y la de operación.
Aprender a identificar factores de riesgo en cada etapa del proyecto
Una labor que debe iniciarse con anticipación al inicio de operación del proyecto, es el
trabajo con comunidad para hacer de este importante proyecto un motivo de orgullo y
de identidad como ciudadanos de la ciudad de Bogotá; en tal sentido, la experiencia del
metro de Medellín puede aportar estrategias valiosas para hacer del proyecto un
soporte clave para la transformación de la cultura ciudadana.
El tema de riesgos es un aspecto fundamental a tener en cuenta en cada una de las
etapas de un proyecto: por ejemplo en la etapa de pre-inversión, la identificación de la
problemática a atender, la selección del consultor para los estudios, la participación de
la comunidad. En la ejecución, la selección del ejecutor, la precisión en los pliegos de
condiciones para la contratación, las fuentes de financiamiento, la selección del
interventor. En la operación, la selección del gerente, el comportamiento del sector, los
cambios tecnológicos entre otros. Hoy el análisis de riesgos en una ambiente
turbulento e inestable es muy importante en el desarrollo de un proyecto.



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